"Me gusta andar por las calles algo perro, algo máquina, casi nada hombre."
Martín Adán

miércoles, 5 de mayo de 2010

Revisitando a los Sex Pistols

Cuando iba en la secundaria escuchaba a los Sex Pistols más por la inercia del grupo de amigos que por verdadero gusto. Después de un tiempo encontré que el punk había dado muchas cosas mejores musicalmente hablando, incluso el punk británico de la época. Me quedé con Clash pero sobre todo con Undertones, The Jam, Boomtown Rats, Buzzcocks etc... Ahora que estoy preparando una presentación sobre los situacionistas y leyendo, para lo mismo, "Rastros de Carmín" de Greil Marcus, me acabo de dar cuenta de que los Sex Pistols, y en especial Johnny Rotten, tenían tienen mucho que decirme sólo que nunca le puse verdadera atención a lo que escuchaba. Entonces aquí unas citas de Marcus que hicieron que me dieran ganas de, ya de a perdis, haber visto a Pil en Coachella:

"La música surgió como un no que luego se convirtió en un sí, a continuación en no y luego otra vez en sí: nada es cierto excepto nuestra convicción de que el mundo que se nos pide que aceptemos es falso. Si nada es cierto, todo es posible."

"Vi a los Sex Pistols -dijo Bernard Summer, de Joy Division-. Eran horribles. y me parecieron grandiosos. Yo quería ponerme de pie y ser horrible también."

"El nihilista, no importa a cuántas personas él o ella pueda matar, es siempre un solipsista: nadie existe excepto el actor, y sólo los motivos del actor son reales. Cuando el nihilista aprieta el gatillo, abre la llave del gas, prende fuego, se inyecta en la vena, el mundo acaba. La negación es siempre política: asume la existencia de otras personas, les da el ser. Y, aun así, las herramientas que el negativista parece obligado a utilizar -violencia real o simbólica, blasfemia, disipación, desprecio, ridículo- son intercambiables con las del nihilista" (hablando de Anarchy in the U.K.)

"Johnny Rotten jamás aprendió el lenguaje de la protesta, en el que uno busca una reparación de los agravios y le habla al poder con una voz suplicante, legitimando el poder en el mismo acto de hablar, no era de eso de lo que se trataba. En 'Pretty Vacant' los Sex Pistols reclamaban el derecho a no trabajar, y el derecho a ignorar todos los valores que eso implicaba: perseverancia, ambición, piedad, frugalidad, honestidad y esperanza[...]"