"Me gusta andar por las calles algo perro, algo máquina, casi nada hombre."
Martín Adán

sábado, 19 de febrero de 2011

Chiles y piernas

Lo malo de no escribir las cosas el mismo día que suceden es que se te van borrando los detalles que a veces parecen importantes. Por ejemplo, me acuerdo que quería mencionar que en todos los tres autobuses chilenos que he tomado han pasado las mismas peliculas malas una y otra vez. La que va ganando es "Soy Leyenda"  después "Una noche en el museo" y por ultimo "Una noche en el museo 2", creo que como ahí no eha evolucionado tanto la piratería las lineas tienen poca variedad. También pìenso que escribir asi en cafes internet o en la compu del hostal hace que me apresure, se notará en la ortografía y los dedazos pero lo peor es que se note en lo contado que es lo que en verdad cuenta. Bueno pero fuera de tonterías hay detalles mucho más importantes que se me van olvidando asi que me toca hablar de Chile a donde fui principalmente para encontrarme con mi amigo Godoy que, para quien no lo sepa, es un amigo con el que comparti las mas terribles aventuras preparatorianas cuando nos las arreglabamos para meternos siempre en problemas.
En las 28 horas de viaje desde Arica hasta Santiago recorriendo ese chile espigado que es Chile la verdad es que me quedé un poco amensado. A diferencia de otras carreteras que he recorrido en mi vida esta era una tira larga y recta que atravesaba casi todo el tiempo un desierto bastante decaído y de pronto uno que otro pueblo rascuache tipo las afueras del DF. Después se me explicó que la parte más interesante de Chile es al sur pero aunque no tuve oportunidad de bajar, lo que vi después de esas horas de torturar mis riñones con el brincoteo del bus la verdad es que me gustó bastante.
Primero hay que aclarar que en el caso especial de Santiago era una especie de viaje de reencuentro con Godoy. Es decir que era evidente que nuestra principal actividad iba a ser recordar viejos tiempos y revivirlos un poquito además de platicar sobre la situacion actual de nuestros amigos de ese entonces; algunos no han cambiado mucho y otros ya hasta están casados y con hijo. Entonces en Santiago una gran parte fue fiestear también y la verdad que estuvo bueno porque asi es como se conoce un lugar a través de su gente. Lo que más sorprende es ver las similitudes que hay en las ciudades, en lo que hace la gente y en las formas de pensar, las broncas políticas, la apatía, la mugre pero sobre todo la bienvenida porque tanto Perú como Chile y lo que va de Argentina esta llena de gente con los brazos abiertos.
De Santiago conocí la Casa de Moneda y recorrí durante varias horas a pie todo el centro. Tuve chance de ver una buena exposicion de arte lationamericano y de ver la catedral y su plaza de armas que dicen que esta conquistada por Perú porque hay harto peruano. En CHile hay unos lugares bien padres que los que no hayan escuchado tal vez se sorprendan tanto como yo de su existencia. Se llaman cafe con piernas y se trata de ir a una mesita a tomar café y platicar con las meseras. Por eso las piernas, porque las meseras son seleccionadas por su fisico y traen minifaldas o a veces menos que eso. Esa sana prostitución de la conversación la aprovechan sobre todo los señores de traje y no hay mas chiste que eso, repito, tomar cafe y platicar con la mesera que obviamente se mostrará interesada en todo lo que tengas que decir. Si la prostitucion común cura la soledad de la carne esta debe curar la soledad del ensimismamiento, es como la confesión de la iglesia, vas y le cuentas tus pecados o tus virtudes y le mientes y te terminas tu café y te vas.
Aparte de Santiago conocí Valparaiso que se puso en la lista de los lugares donde definitivamente sería feliz si viviera. Las calles son una incomodidad brutal: casi las escalas para llegar a algún lado. Fui a la casa que tuvo ahi Neruda pero lo más bonito fue el camino, escalamos y escalamos entre murales. Porque eso es lo bonito, las calles estan llenas de casas pintadas con murales de todo tipo, pero en verdad, de todo tipo. Ya subiré fotos porque no se cómo hacerle para que me crean que están pintadas con todo tipo de murales. También puedes no escalar tanto y subir por unos elevadores que son inclinados y un poco rusticos pero bien bonitos. Lo bueno de escalar es que ves el mar. Como el Pablo que desde su casa veía toda la bahía. Su casa por cierto esta llena de cosas que no sirven para nada pero que a el la gustaba coleccionar, también de lugares especiales como un sillón que se llama la nube y desde el que veía todo el paisaje o su bar que tenía un baño con la puerta tipo reja para que pudieras ver lo que pasa adentro.
Salir de Chile fue de lo más bonito, no por irse sino porque cruzas la cordillera y la carretera zigzaguea para subir y luego para bajar y entonces te mareas pero vas viendo montañas y montañas y montañas y luego ya estás en Argentina.

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